Señalizar el espacio interior de un edificio, una corporación o un centro comercial, tiene una premisa fundamental: minimizar el impacto visual de la señalización. La hipótesis “menos es más”, en este caso es imprescindible.
Se deberán determinar el mínimo de unidades de rótulos necesarios para resolver el problema que plantea localizar nuestro destino e identificarlo en un espacio que se desconoce a priori. La señalización no debe verse, no debe notarse y sólo debe estar presente cuando se busca porque se necesita para poder orientarnos.
El segundo reto es adecuar el diseño al interiorismo existente, aunando materiales y acabados a los que el proyecto ya posee.Es imprescindible conocer el proyecto arquitectónico y el diseño de interiores, para que la señalización no moleste y en cambio, se incorpore y sume al proyecto general.Los materiales y acabados a utilizar deben ser coherentes y estar relacionados con los ya existentes.
La señalización interior debe contemplar los rasgos singulares de identidad visual de la compañía que requiere nuestros servicios. Los grafismos, las soluciones cromáticas o tipográficas se identificarán como propias de la identidad corporativa de nuestro cliente. Nuestra experiencia abarca a centenares de edificios corporativos, de oficinas, hospitales, hoteles, centros comerciales, estaciones de trenes del AVE, aeropuertos, etcétera. Todos los proyectos los trabajamos con diseños ad hoc para conseguir un resultado satisfactorio en cada caso.